Savio
16/08/2006, 18:34
Ya de vuelta a la rutina del trabajo, es el momento de hacer balance de las merecidas vacaciones. En general, el Passat se ha portado como lo que es, un gran coche. Pero no es oro todo lo que reluce.
Nada más entrar en la autovía, lanzo el coche, y programo el regulador de velocidad a 132 km/h. Hacia las 12 del mediodía, escucho el maldito pitido, se desconecta el regulador de velocidad, y el motor se queda sin fuerza. Parpadea el testigo de arranque en frío (calentadores), y el ordenador da su explicación: "Fallo motor. Consulte a su concesionario". Paro 5 minutos. Arranco, el problema es historia, de momento. Llamo al concesionario, no le dan importancia, y me remiten a una visita a su taller a la vuelta del viaje.
Continuamos, y después de casi seis horas desde que salimos de Talavera, llegamos a Benidorm. Resultados que ofrece el ordenador: 600 km. recorridos, 5,7 l. / 100 km. de media, en 5 horas y 56 minutos de trayecto, con una velocidad media de 101 km/h.
Aunque el calor ha apretado considerablemente en el exterior, el clima bi-zona funciona con solvencia, y las dos guanteras refrigeradas, ofrecen bebida a temperaturas aceptables.
A los siete días, de allí, a Cullera, provincia de Valencia. Algo menos de 100 km. de distancia.
A los siete días de nuestra llegada a Cullera, regreso, se acabó lo bueno. Después de 900 km. recorridos, el depósito está en las últimas, y hay que repostar. Alrededor del mediodía, de nuevo con el regulador de velocidad activado, a 127 km/h. en esta ocasión, vuelve a quedarse sin fuerzas el motor y ofrece la misma lectura del otro día el ordenador. Repito la operación de la ida: paro, espero unos minutos, y arranco de nuevo, pasó, de momento, el problema.
En los alrededores de Madrid, comienzan los problemas de tráfico, aunque podría haber sido peor, ya que usamos la R-3 y luego la R-5 (peajes y más peajes), pasando por la M-45.
Por fin, llegamos a Talavera. Casi 1.500 km. recorridos, gracias a Dios sin ningún susto, y el coche ha respondido. Con el maletero repleto, tres adultos y un bebé, no se inmuta ante cualquier pendiente que tengan las autovías, ni siquiera en 6ª y con el clima en marcha.
Queda en el aire ese problema que ya ha salido a relucir tres veces, dos en este viaje y otra anteriormente. El concesionario me ha citado el día 4 de Septiembre para entregarles el coche, ser revisado, y recojer un coche de cortesía.
En lo positivo, la comodidad, la sensación de amplitud seguridad, robustez, y lo corto que se hacen los viajes en este cochazo que cada día me gusta más.
Gracias por leerlo. El escribirlo me ha ayudado a superar el famoso y temido estrés post - vacacional.
Saludos.
Nada más entrar en la autovía, lanzo el coche, y programo el regulador de velocidad a 132 km/h. Hacia las 12 del mediodía, escucho el maldito pitido, se desconecta el regulador de velocidad, y el motor se queda sin fuerza. Parpadea el testigo de arranque en frío (calentadores), y el ordenador da su explicación: "Fallo motor. Consulte a su concesionario". Paro 5 minutos. Arranco, el problema es historia, de momento. Llamo al concesionario, no le dan importancia, y me remiten a una visita a su taller a la vuelta del viaje.
Continuamos, y después de casi seis horas desde que salimos de Talavera, llegamos a Benidorm. Resultados que ofrece el ordenador: 600 km. recorridos, 5,7 l. / 100 km. de media, en 5 horas y 56 minutos de trayecto, con una velocidad media de 101 km/h.
Aunque el calor ha apretado considerablemente en el exterior, el clima bi-zona funciona con solvencia, y las dos guanteras refrigeradas, ofrecen bebida a temperaturas aceptables.
A los siete días, de allí, a Cullera, provincia de Valencia. Algo menos de 100 km. de distancia.
A los siete días de nuestra llegada a Cullera, regreso, se acabó lo bueno. Después de 900 km. recorridos, el depósito está en las últimas, y hay que repostar. Alrededor del mediodía, de nuevo con el regulador de velocidad activado, a 127 km/h. en esta ocasión, vuelve a quedarse sin fuerzas el motor y ofrece la misma lectura del otro día el ordenador. Repito la operación de la ida: paro, espero unos minutos, y arranco de nuevo, pasó, de momento, el problema.
En los alrededores de Madrid, comienzan los problemas de tráfico, aunque podría haber sido peor, ya que usamos la R-3 y luego la R-5 (peajes y más peajes), pasando por la M-45.
Por fin, llegamos a Talavera. Casi 1.500 km. recorridos, gracias a Dios sin ningún susto, y el coche ha respondido. Con el maletero repleto, tres adultos y un bebé, no se inmuta ante cualquier pendiente que tengan las autovías, ni siquiera en 6ª y con el clima en marcha.
Queda en el aire ese problema que ya ha salido a relucir tres veces, dos en este viaje y otra anteriormente. El concesionario me ha citado el día 4 de Septiembre para entregarles el coche, ser revisado, y recojer un coche de cortesía.
En lo positivo, la comodidad, la sensación de amplitud seguridad, robustez, y lo corto que se hacen los viajes en este cochazo que cada día me gusta más.
Gracias por leerlo. El escribirlo me ha ayudado a superar el famoso y temido estrés post - vacacional.
Saludos.