La marca alemana roza el milagro de hacer compatibles las prestaciones y el bajo consumo en un motor de gasolina. El coche 'anda' mucho, pero no gasta tan poco.

El anuncio de televisión que publicita el nuevo Golf GT muestra, de manera harto complicada, cómo un coche de gasolina de 170 caballos es capaz de recorrer una gran distancia en menos tiempo que un turbodiésel TDI y –se entiende– sin necesidad de repostajes adicionales.

De ser esto exactamente así, equivaldría a haber colmado el sueño de cualquier fabricante: un coche de gasolina de altas prestaciones, con su finura y capacidad de estirar el motor, que consume como un turbodiésel. Volkswagen ha acertado en el intento, pero con matices.



La clave del sistema que roza el milagro consiste en un propulsor de baja cilindrada (1.4) e inyección directa asociado a un compresor, que proporciona empuje a bajas revoluciones, y a un turbo que trabaja a partir de medio régimen. De ese modo se obtiene una respuesta uniforme en toda ocasión y se ahuyenta el temido retardo del turbo.

La idea no es nueva puesto que ya Lancia combinó en la segunda mitad de los 80 compresor y turbo en el Delta S4 de rallys. En la actualidad, BMW aplica un principio mecánico semejante al dotar a su modelo 535d de dos turbocompresores, uno más pequeño para el bajo régimen y otro mayor para el medio y alto. Y no son éstos casos únicos.

En el que nos ocupa, el motor TSI del Golf GT, que tiene una variante de menos caballos (140) para el Touran, se muestra como un prodigio de suavidad, entrega de potencia lineal —sin tirones— y elasticidad. Empuja en todo el espectro de revoluciones y ofrece unas prestaciones cercanas a las del emblemático Golf GTI, de 200 CV, que equipa un motor también de inyección directa pero mayor cilindrada, dos litros, y sólo turbo (TFSI).



Lejos de un TDI

Es justo subrayar el mérito de entregar 170 CV con un consumo medio de 8,5 litros, aproximadamente 1,5 litros inferior al del GTI. Pero tan cierto como esto es que se encuentra lejos de la frugalidad de los motores turbodiésel, entre los que los TDI del Grupo VW son los campeones de la economía de combustible.

En cuanto a la autonomía que sugiere la publicidad, poco tienen que hacer los 600 kilómetros que posibilitan los 55 litros del depósito con los más de 800 que puede recorrer, a la misma velocidad, un TDI equivalente. Además, el TSI necesita para garantizar su buen rendimiento gasolina de 98 octanos, que superaba en el momento de escribir esta prueba los 1,2 euros.

En un viaje a la velocidad permitida, puede lograrse sin problemas un consumo de 7 litros, pero quien conduzca de forma vehemente comprobará cómo se esfuman los beneficios del sistema.



A cambio, la versión GT que resucita Volkswagen mima al conductor con un motor de funcionamiento delicioso al que sólo podemos reprochar un sonido algo anodino excepto cuando se pisa a fondo el acelerador. Unido esto a una excelente estabilidad sin recurrir a suspensiones pétreas y a la suavidad de accionamiento de todos los dispositivos, manejar este vehículo es simplemente un regalo.

Aunque se trata de un modelo discreto exteriormente, la marca lo ha adornado con los aditamentos obligados en toda versión deportiva, pero para algunos el coche puede pecar de poco diferenciado.

Su precio se antoja razonable a la vista de su extenso equipamiento, que incluye faros de xenón dobles, luces y limpias automáticos, climatizador de dos zonas y hasta un iPod Nano de 4 GB. Falta el ya imprescindible control de velocidad.

FICHA TÉCNICA



Precio. 24.600 euros.

Mecánica. -Motor. Gasolina de cuatro cilindros, compresor y turbo. -Cilindrada: 1.390 cc. -Potencia: 170 caballos. -Cambio: manual, 6 marchas. -Tracción: delantera.

Prestaciones. -Velocidad: 220 km/h. -Recuperaiones: 80-120 km/h en 5ª/6ª: 8/10 segundos. -Consumo: 8,5 l./100 km. -CO2: 173 g/km.

:-) Motor.

Sin control de velocidad.

VALORACIÓN. 8,5