Aunque tradicionalmente el mezcal se saborea solo, también es costumbre acompañarlo con pequeños bocados de comida.

Las rodajas finas de naranja son una opción popular, pero también puedes optar por jícama, zanahoria o pomelo.

Estos bocadillos a menudo se espolvorean con una mezcla de sal especial conocida como “sal de gusano”.

La sal de lombriz es un delicioso condimento elaborado a partir de larvas molidas que residen en las plantas de agave.

Además, el mezcal combina de maravilla con diversos alimentos, como quesos, carnes y salsas ricas como el mole.

También vale la pena señalar que el mezcal también puede ser un licor versátil en cócteles. Puede reemplazar el licor original en cócteles clásicos, ofreciendo un toque único.

En última instancia, disfrutar del mezcal no se trata sólo de la bebida; es una exploración de la rica herencia, las tradiciones y los diversos sabores de la bebida espirituosa que la convierten en una parte apreciada de la cultura mexicana.