Aprovechando la presentación del nuevo modelo descapotable que estará a la venta a finales de año, el Continental GTC, la lujosa marca Bentley convocó a la prensa para realizar una pequeña toma de contacto con sus dos modelos ya disponibles: la berlina de representación Continental Flying Spur y el deportivo 2+2 plazas Continental GT. Tras conducir ambos modelos, y contemplar en el Salón del Automóvil de Madrid el próximo Continental GTC, nos podemos hacer una clara idea de la personalidad de esta marca de superlujo englobada dentro del Grupo VW-Audi.
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Comenzando por el Flying Spur, estamos ante una berlina que se posiciona un escalón por encima de los Audi A8, BMW Serie 7, Jaguar XJ o Mercedes Clase S, es decir, en lo más selecto del mercado y junto a los Rolls Royce o Maybach. Cuesta 198.060 euros e incorpora detalles exquisitos como pieles y maderas de altísima calidad para el interior, elementos de equipamiento como asientos con función de masaje, y cantidad de relojes y mandos todos ellos de una realización casi perfecta. Además de estos aspectos diferenciadores, en cuanto a tecnología se refiere la nueva generación de vehículos Bentley monta la tecnología más avanzada disponible dentro del Grupo VAG: como tracción integral, caja de cambios automática con mandos secuenciales tras el volante, suspensión neumática regulable, etc. En medidas también se sale de lo corriente, con sus 5,31 metros de longitud, y lo mismo con el peso, 2.470 kilos en orden de marcha. Su mecánica es espectacular, pues partiendo del 6.0 W12 del Grupo VW-Audi, se le añaden dos turbos y se eleva la potencia hasta los 560 cv ¡Impresionante!

Con el mismo motor se encuentra el deportivo de 2+2 plazas GT, sólo que al ser algo más pequeño y ligero sus prestaciones son todavía superiores. Ambos modelos llevan la misma tecnología de chasis, tracción y mecánica; pero el GT –que es algo más bajo, mide 4,81 metros de largo y pesa 2.385 kilos- alcanza los 318 km/h y el 0 a 100 km/h lo puede hacer en 4,8 segundos (312 km/h y 5,2 segundos el Flying Spur). También el precio es idéntico (198.060 euros), y por carrocería, potencia, exclusividad y precio el Bentley Continental GT prácticamente no tiene rivales directos.

Impresiones

Bentley es una marca británica de gran tradición, y el estilo lo mantiene, con sus maderas y pieles de primera calidad, pero afortunadamente, y desde que pertenece al Grupo VW-Audi, la tecnología también se encuentra al máximo nivel. Ya no es por tanto el típico coche inglés elegante y de superlujo pero veterano en su “esqueleto”. Conserva algunos atributos identificativos, pero los combina con una técnica de vanguardia.
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Nos montamos en primer lugar en el Continental Flying Spur, una berlina con un magnífico puesto de conducción, pero que dada su imagen casi invita más a ir sentados atrás que delante. En contra a lo que pensábamos, responsables de la marca en España nos aseguraron que la mayor parte de los clientes compran el Flying Spur para conducirlo ellos mismos, y sólo un pequeño porcentaje lo hace para llevarlo con chofer. Pero es que el ambiente de las plazas traseras partidas, con regulación eléctrica, climatización independiente, butacas con función de masaje, etc es extraordinario, tanto que casi preferíamos viajar atrás.

No obstante al volante el Continental Flying Spur brinda numerosas satisfacciones. Además de su comodidad y lujo, presenta un conjunto cambio-motor para disfrutar de su conducción. El cambio es automático de seis velocidades con función secuencial, y el paso de una marcha a otra lo hace rapidísimo. Lo del motor ¿qué podemos esperar? si además de los 560 cv da un par motor de 650 Nm ¡desde sólo 1.600 rpm! Claro, es el efecto de añadir dos turbos a un motor de seis litros de cilindrada dispuesto en W. La forma de empujar del Bentley es refinadísima, aunque evidentemente si se acelera a tope la sensación de aceleración es fuerte. Por suspensiones todo queda a la carta, ya que su sistema neumático puede ser regulado para una mayor comodidad o firmeza.

Vamos ahora a por el Continental GT. Este sí que apetece más conducirlo que ir atrás, además de por sus limitadas plazas traseras, por lo que supone “pilotar” un deportivo de semejante potencia. En marcha nos da la sensación de que suena un poco más que el Flying Spur, un sonido discreto pero a la vez sugerente. El puesto de conducción, con la levas de cambio “muy a mano” y el poderoso par hacen que resulte sumamente fácil ir muy rápido. Tanto es así que hay que ser muy consciente y tener la sangre fría para no dejarnos llevar por la seguridad y eficacia que transmite, ya que aunque esta sensación es real, con este vehículo se puede ir muy deprisa, y por muy bien que frene (que lo hace) y muy bien que actúen sus controles electrónicos de ayuda a la conducción (que también lo hacen), todo tiene sus límites. Además de los límites lógicos, el peso también influye lo suyo, y menos mal que las suspensiones son un ejemplo de efectividad, pero llevar muy rápido un aparato de casi dos toneladas y media por según que terrenos es complicado. De hecho este Continental GT prácticamente no tiene rivales en cuanto a efectividad y rapidez en autovía o carreteras muy buenas, pero en trazados muy revirados otros deportivos de menor peso y potencia pueden ser más aconsejables.

En definitiva, una experiencia esta de ponerse al volante de los Bentley que invita a soñar, a soñar con ser millonario y disponer de ambos, un Flying Spur para que te lleve tu chofer, y de un Continental GT para disfrutar al volante. En fin, seguiremos soñando que eso de momento es gratis.