Seat y Shakira ayudan a los niños de Colombia

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La “Fundación Pies Descalzos” fue creada en Colombia en 2001 por la cantante Shakira. Esta organización está comprometida a proporcionar oportunidades a los niños de Colombia, de cara a labrarse un futuro mejor.

De este modo, tiene como principal objetivo mejorar la calidad de vida y la enseñanza de los miles de niños desplazados que actualmente viven en condiciones extremas en Colombia.

Aunque la Fundación se originó en Barranquilla, ciudad natal de Shakira en la costa caribeña de Colombia, sus actividades están empezando a llegar a otras partes del país.

Una representación de SEAT estuvo en Bogotá en fechas recientes para ver de cerca los esfuerzos de la “Fundación Pies Descalzos” por ayudar a los niños. En dicho viaje se visitó la escuela “El Minuto” en Altos de Cazucá, una barriada de unos 35.000 habitantes a solo 10 minuto de Bogotá.

En la visita, SEAT estuvo acompañada por la Presidenta de la Fundación, María Emma Mejía, que en el pasado fue titular entre otros cargos del Ministerio de Asuntos Exteriores de Colombia e incluso de la Embajada del país sudamericano en España.

“Empecé a trabajar con Shakira y la Fundación hace cuatro años, cuando ella precisaba ayuda para estructurar la labor de la Fundación de manera más eficaz”, señaló la Sra. Mejía. “Aunque Shakira viaja constantemente, mantenemos el contacto casi a diario, por muy lejos que se encuentre. Ella siempre muestra mucho interés por todo lo que sucede, sobre todo por la calidad de la enseñanza que reciben los niños.”

Aunque Cazucá se encuentra a poca distancia de la capital, el contraste resulta abrumador. La barriada es un asentamiento ilegal sin reconocimiento por parte de las autoridades municipales. No obstante, muchísima gente se traslada a Bogotá procedente de otros lugares del país debido a las difíciles condiciones de vida o por el simple hecho de que no encuentra empleo allá donde vive. Entre otras carencias, el carácter ilegal de la barriada significa que no está provista del abastecimiento de agua corriente.

Cazucá está asentada en la ladera de una colina. Lo que más dificulta el tránsito son las calles sin asfaltar, sobre todo cuando llueve, algo muy frecuente en esta parte del país. El trayecto partió de la planicie de Bogotá en furgoneta, tardando casi media hora en cubrir la distancia hasta la escuela (apenas tres kilómetros), por los caminos enfangados.

Aquí la gente fabrica sus pequeñas chabolas con cualquier material de construcción al alcance, principalmente ladrillos de mala calidad y planchas de uralita. En comparación, la escuela “El Minuto” constituye un notable contraste. Es prácticamente el único edificio pintado y su planta simétrica desentona con lo que lo rodea. Es casi como un oasis en medio de la nada.

Los niños que acuden a esta escuela son realmente afortunados, como lo son sus padres. Aquí un adulto gana unos 2 dólares al día, y no resulta difícil imaginar lo duro que es alimentar a la familia con esa cantidad. Los alumnos de la escuela de la “Fundación Pies Descalzos” comen gratis y su dieta es sana y equilibrada. Además, varios padres tienen empleo en la cocina, el comedor y en las tareas de limpieza.

410 alumnos de entre 5 y 13 años acuden a la escuela “El Minuto” para recibir clases en dos turnos diarios. El primer turno comienza a las 7 de la mañana y el segundo turno termina a las 7 de la tarde. La escuela dispone de seis aulas y un comedor.

La jornada comienza en el patio, donde todos los alumnos cantan el himno nacional y el himno de la escuela. Antes de empezar las clases se les da algo de comer.

El día que SEAT acudió a visitar la escuela, varios miembros de la “Fundación Carrefour” estaban repartiendo mochilas, cuadernos, bolígrafos y demás material escolar a todos los alumnos. Sus caras de felicidad expresaban toda su gratitud y asombro. Con su nueva mochila a las espaldas, muchísimos niños entraron orgullosos en las aulas.

A los alumnos de una clase se les dio la oportunidad de ayudar a un artista local que había sido invitado para retocar la pintura mural de la fachada principal. Fue una actividad que gustó mucho aquel día.

Tuvimos ocasión de hablar con algunas de las madres y todas se deshicieron en elogios hacia Shakira y a los esfuerzos de la Fundación por construir escuelas en las zonas más pobres del país, no solo por la enseñanza y alimentación que reciben sus hijos, si no por las oportunidades de empleo que las escuelas brindaban a algunos padres y familiares.

Por la tarde, un conductor de una furgoneta hacía lo imposible para acercarse a la escuela con provisiones de comida para varios días. La calle enfangada le impedía llegar a la entrada, así que el cocinero y varios chicos valientes trasladaron la comida a la escuela a pie.

Por supuesto fuimos testigos de muchos acontecimientos que serían imposibles de imaginar en una escuela europea. En Colombia, sin embargo, una escuela como “El Minuto” representa una gran oportunidad para los niños, que de no existir no recibirían ni enseñanza ni comida.

Fuente:micoche.com.

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Me parece una iniciativa muy buena.
Enhorabuena a todos los implicados