Hace 25 años, Volkswagen empezó a establecer instalaciones productivas, de forma gradual, en el mercado oriental más importante del futuro. Con más de 700.000 vehículos producidos, las joint venture Volkswagen Shanghai y FAW-Volkswagen han consolidado el liderazgo del Grupo Volkswagen en el mercado chino.

La política corporativa de Volkswagen AG en los años 80 se concentró en el desarrollo de nuevos mercados. Mientras las exportaciones a los países industrializados de Europa Occidental se estancaban, se abrían nuevas oportunidades en Asia. En concreto, la República Popular China, con sus vastos recursos, su bajo nivel de motorización y una industria de automoción incipiente, ofrecía excelentes posibilidades para el futuro. El gobierno chino estableció el marco para una posible cooperación en el ámbito de la economía china, apoyando las joint ventures con el inversor occidental para beneficiarse del know-how en ingeniería y de la fortaleza financiera del fabricante de automóviles de Wolfsburg. El contrato de prueba firmado entonces estableció las bases de una exitosa cooperación germano-china y significó la constitución de la Shanghai Volkswagen Automotive Company, Ltd. (SVW), el 16 de febrero de 1985, que marcó el primer hito de esa colaboración. Muy pronto, el 1 de septiembre de 1985, el Santana, primer modelo ensamblado en China, salía de la línea de montaje y el enorme éxito de este vehículo impulsó el desarrollo de la fábrica y de la compañía.

La primera fase de la implantación de una moderna factoría en Shanghai concluyó en 1991. Dado el gran número de componentes del Santana que se producían localmente, el vehículo no fue considerado de importación, sino un modelo fabricado en China. En consecuencia, las restricciones a la importación de este coche dejaron de aplicarse y las entregas crecieron de forma rápida. Volkwagen reforzó su liderazgo el 6 de febrero de 1991 con la firma de una segunda joint venture. La nueva fábrica, FAW-Volkswagen Automotive Company Ltd., con sede en Changchun, tenía una capacidad inicial de producción anual de 150.000 vehículos y el Jetta comenzó a fabricarse allí a finales de 1993. El aumento de las ventas fue la recompensa a la política de inversiones a largo plazo del mayor productor de automóviles de Europa: en 1990 vendió 33.851 vehículos en China, y esa cifra se multiplicó por diez en el año 2000.

La nueva capacidad de producción de Volkswagen en China tiene como fin mantener el fuerte ritmo que se está registrando como consecuencia del auge que vive el sector de la automoción en el mercado asiático de mayor crecimiento. En 2003, las tres plantas de producción de Shanghai Volkswagen y las dos factorías de FAW en Changchun habían incrementado sus ventas hasta casi 700.000 unidades. Nuevas joint ventures para producir motores en Shanghai y Dalian, cajas de cambios en Shanghai y componentes para vehículos en Changchun elevaron la capacidad de producción en 2004 y ampliaron la oferta local de los once modelos que se producen actualmente en China.

En los últimos tres años, Volkswagen se ha enfrentado al reto que supone la irrupción en el mercado chino de fabricantes extranjeros. Para ello, el Grupo Volkswagen ha lanzado nuevos modelos de gran atractivo. El apoyo a los proveedores locales y una integración más fuerte de las joint ventures chinas en la alianza con Volkswagen ha generado sinergias positivas, mejorando paralelamente los beneficios.

Con estas medidas, Volkswagen logró reforzar su posición y alcanzó unas ventas de 711.186 vehículos en 2006. China, como segundo mayor mercado para la compañía detrás de Alemania, ya juega un papel importante en el futuro del fabricante multimarca de Wolfsburg.

Fuente:micoche.com.