los faros de xenón aportan dos veces y media más de luz que los convencionales, consumen un 25 por ciento menos (utilizan una descarga de 35 watios, en vez de los habituales 55 W) y duran hasta cinco veces más, con una vida útil cercana a las 2.500 horas y disponen de un sistema regulador automático de alcance luminoso que evita el deslumbramiento a los conductores que circulan en sentido contrario.
El gran problema al que se han tenido que enfrentar hasta ahora este tipo de faros (cada vez más frecuentes en los coches como equipamiento de serie) es a la necesidad de obtener un calentamiento previo para ofrecer la máxima capacidad lumínica. Este retardo los convirtió en inservibles para las luces de carretera, hasta que, mediante un movimiento basculante del reflector, los técnicos han conseguido que las propias luces de cruce funcionen como “largas”, sin necesidad de incorporar faros distintos es lo que conocemos como bi-xenón.
Por lo tanto no son iguales los faros de xenon y las bombillas azules halogenas que todos vemos en las tiendas, son tan solo una imitación a los de xenon, si te decides a cambiarlos y poner a tu vehículo unos faros de xenon deberas saber que tendras que cambiar la instalación eléctrica, la legislación exige el montaje de un sistema regulador automático de alcance luminoso que eleva mucho el precio del cambio.
Asi que lo mejor es comprar unas buenas bombillas tipo Philips u Osram, que pueden ser tipo azules , las mejores son las que mejoran la vision por la noche, mejorando el haz luminoso, cambiarlas cada 40.000 km o dos años y llevar bien regulada la altura de los faros de nuestros vehículos.
Bookmarks