"Nuestra meta son 800.000 coches y ser autosuficientes en 2018"

Asumió la presidencia de Seat el 1 de octubre del año pasado, después de una carrera de éxitos en Audi, para la que organizó su introducción en el mercado chino, en donde es una de las marcas más vendidas.

Desde su llegada ha estado encerrado en la sede de la marca en Martorell. Sus salidas han sido para viajar a Wolfsburgo para participar en reuniones pero también para hacer política de pasillo y obtener respaldo para los planes que está diseñando para la marca española.
Pregunta. – ¿Qué es lo que se encontró al llegar a Seat?
Respuesta. – Me encontré con una compañía en la que había muchas dudas y una cierta desconfianza. Al mismo tiempo, Seat despertaba esas mismas dudas en el grupo, en el accionista. Se trataba, por tanto, de actuar rápidamente para crear una estructura de negocio que hiciera viable la empresa y que, al mismo tiempo, devolviera la confianza en ella a los trabajadores, a los concesionarios y a los accionistas. En los primeros meses me centré en diseñar un plan de trabajo para 2007-2008. En ese ejercicio, el año que viene, Seat tiene que haber vuelto a obtener beneficios. Después, una segunda fase, la de 2009-2010, que ya he presentado ante el consejo de vigilancia del grupo y que ha sido aprobada. Y ahora, estoy trabajando en un plan 2010-2018, algo que parece muy a largo plazo, pero que en esta industria no lo es, porque algunas de las decisiones que podamos tomar ahora, serán tangibles en 2015.

P. – ¿Se llegó a plantear la venta de Seat?
R. – Se debatieron alternativas de todo tipo, pero sobre la venta nunca se llegó a debatir seriamente.

P. – Su antecesor, el doctor Schleef, tras la crisis de 2005, aseguró que ésta era la última oportunidad de Seat. ¿Mantiene usted esta opinión?
R. – Yo no lo veo así. Y por eso pretendemos dotarla de una estructura industrial y financiera sólida. En lo que estamos trabajando es en convertirnos en la empresa de referencia en España, que la gente que trabaja en Seat se sienta orgullosa de ellos; en llegar a unas cifras anuales de 800.000 unidades en 2018 y en ser financieramente autosuficientes, lo que implicaría lograr un retorno sobre el capital invertido del 9%. Y quiero que los progresos que logremos sean mensurables, para que todos sean conscientes.

P. – El problema es que en Seat, en los últimos tiempos, los presidentes llegaban y se iban...
R. – Tiene usted razón, uno de los problemas de esta empresa ha sido la falta de continuidad en el mando. [A continuación escribe en un papel 31-12-2011 y lo muestra]. Ésa es la fecha del fin de mi contrato y es acorde a alguien que tiene 60 años. Quiero estar dedicado a 100% a Seat. Acepté el puesto porque me lo pidieron, porque mi esposa y yo queríamos venir a España y por dos personas muy próximas a mí, Martin Winterkorn [el presidente ejecutivo de Volkswagen] y Francisco García Sanz [vicepresidente de Compras]. Además, he comprometido a todos los responsables de mi junta directiva a permanecer en el cargo hasta que hayamos lanzado los modelos que hemos previsto.

P. – Seat es una marca de poco más de 400.000 coches al año, muy centrada en los mercados españoles y de Europa occidental. ¿Cómo va a lograr esos objetivos que se está marcando, si no participa en los grandes mercados emergentes? Desde Alemania se instaba a Seat a centrarse en los mercados en las que ya estaba presente.
R. – Efectivamente, con un volumen de 420.000-430.000 unidades al año es difícil fabricar de una forma suficientemente económica. Necesitamos producir más. Y vamos a introducir nuevos modelos, que ahora no teníamos. Como por ejemplo una berlina que nosotros denominamos tipo B (unos 4,70 metros de largo). El Toledo actual no ha tenido el éxito que esperábamos. Haremos uno nuevo que esperamos que tenga mayor aceptación. Todo esto nos proporciona márgenes de crecimiento. Seat no ha podido aprovechar como otras marcas las oportunidades en grandes mercados emergentes en los que se pedían coches grandes y de estilo conservador. Pero las cosas pueden cambiar. Esta semana voy a reunirme con viejos amigos chinos para ver si hay posibilidad de vender allí coches de tamaño medio con diseño y estilo deportivo. También tenemos que crecer en América Latina y sacar el máximo partido a nuestra organización comercial en Europa, donde no tenemos más que el dos y pico por ciento de penetración. Incluyo también a España.

P. – Seat está bien situada en España...
R. – Pero queremos más. Queremos ser líderes. Es nuestro mercado doméstico.

P. – Aumentar la producción por encima de la cifra actual supone tener que buscar capacidad fuera de la planta de Martorell. En este terreno, ¿supone o no un beneficio haber dejado de pertenecer al grupo Audi?
R. – En Martorell tenemos todavía un margen de algo más de 100.000 unidades. En el momento que necesitemos más, veremos qué posibilidades hay dentro del grupo, en función de la estructura de costes. Respecto a dejar de ser una marca del grupo Audi, supone una enorme ventaja para Seat. Ahora dependo directamente del doctor Winterkorn y no tengo que pasar por Audi primero. Estoy allí cada dos semanas, tengo relación con él, los miembros de la directiva del grupo, con el doctor Piëch [presidente del Consejo de Vigilancia de Volkswagen] y con el doctor Wiedeking [presidente de Porsche, el mayor accionista de Volkswagen], les cuento lo que estamos haciendo. Y eso crea confianza.

P. – ¿Fuera ya del grupo Audi, cambiará Seat su imagen?
R. – Va a haber cambios pero se notarán al cabo de los años. Lo que sí se ha terminado es querer ser la alternativa a Alfa Romeo. Es una marca de 200.000 coches al año y nosotros necesitamos 500.000 para mantener Martorell a plena capacidad. Además, Seat tiene que evolucionar. Desde que vivo en España me fijo en que nuestros coches van ocupados por una o dos personas. Tenemos usuarios muy jóvenes y queremos que sigan con nosotros cuando evolucionen. También queremos seguir con ellos cuando crezcan, cosa que nos lo va a permitir esa berlina de la que hablaba antes.

P. – En esta personalidad de Seat, ¿cabe un producto low cost?
R. – Volkswagen está trabajando en ello y yo, aquí, en Seat, con mi grupo de colaboradores estamos centrados en desarrollar un producto con diseño, deportivo, de ese tipo. ¿Un precio? No se lo podría decir. En Volkswagen están buscando conseguir una base mecánica que se ajuste a ese concepto. Y nosotros la utilizaríamos. Creo que puede ser una gran oportunidad para nosotros, porque creo que el mercado va a evolucionar hacia coches más simples. El aumento de las materias primas, las nuevas normas sobre emisiones y demás van a encarecer los automóviles y la gente va a tener que comprar coches más simples.

Fuente: www.elmundo.es