La diferencia entre un neumático de invierno y uno de verano con cadenas es brutal. Su agarre, su estabilidad y su adherencia a nieve, agua o hielo se ponen de manifiesto cuando el termómetro baja de los 7º C.

El fabricante francés ha presentado sus dos nuevos neumáticos de invierno para 2006: el Michelin Alpin A3, pensado para turismos compactos y berlinas medianas, y el Latitude Alpin, para 4x4 polivalentes y compactos, salen al mercado con unas mejoras que según el ADAC alemán, el club automovilístico más importante de Europa, le colocan por delante de todos sus competidores.


Tras las pruebas comparativas del ADAC (Allgemeiner Deutscher Automovile Club), la goma de Michelin Alpin A3 acorta en un 5% la frenada en suelo mojado en comparación con la anterior generación del modelo (A2). Además se incrementa la motricidad en un 9% con relación a su precursor, y en un 2% con sus principales competidores.

La tecnología Helio Compound (la cubierta está compuesta por aceite de girasol) se aplica en este neumático, conllevando según la marca, por un lado, una mejor estabilidad y una mayor adherencia, y por otro, una baja resistencia al rodamiento, que contribuye a una disminución en el gasto de combustible.

Esta tipología de neumáticos, cuando están intactos, presentan un 47% más de laminillas que las primeras marcas de la competencia. Mientras que en un uso medio, este porcentaje se amplía hasta un 75%. Hay que tener en cuenta que una goma de invierno se caracteriza por un número muy elevado de estas láminas, un dibujo de la banda de rodamiento más agresivo y profundo (9- 9,5 mm de profundidad), y un compuesto, de sílice, más blando y flexible.

Su duración media es un 40% más que sus principales competidores. Comparándolo con neumáticos de verano, los de invierno duran un 20% menos (Michelin recomienda que se sustituyan cuando la profundidad del dibujo alcance los 4mm. El límite legal es de 1.6mm). En kilómetros, y ateniéndonos a la recomendación de la firma gala, la goma invernal aguantará unos 36.000 kilómetros, mientras que la de «todo tiempo» resiste hasta unos 45.000.

Por debajo de 7º C, efectivos.

En España, salvo en determinados provincias, la climatología es adversa (por debajo de los 7º C los neumáticos de invierno son efectivos) solamente en épocas muy concretas del año. En esa coyuntura se reabre el debate sobre las ventajas y desventajas de estos neumáticos con respecto a las cadenas.

La goma de invierno ofrece una serie de ventajas a tener muy en cuenta: más tranquilidad, más seguridad y mucha más estabilidad que unas ruedas con cadenas. Sin embargo, su principal problema es el almacenamiento de las ruedas normales. En la actualidad, cada vez hay más distribuidores de neumáticos que gratuitamente almacenan el calzado de verano en periodo invernal.

Durante las pruebas que pudimos efectuar, realizadas en nieve y a 4 grados bajo cero, pudimos comprobar las diferencias existentes entre ambos. El compacto con cadenas en sus ruedas motrices (en este caso delanteras) tardaba en responder en caso de frenada de emergencia, y además su adherencia distaba con creces de tener el control total sobre el vehículo conducido, dando la sensación de inestabilidad en el eje trasero del coche.

En el compacto con neumáticos de invierno, el dibujo de la banda de rodamiento ‘escupía’ la nieve con mucha efectividad, otorgándonos una conducción cómoda y segura. Cuando apretamos el pedal del freno, la respuesta del vehículo fue inmediata.

El Latitude Alpin viene para quedarse.

El otro neumático presentado, el Latitude Alpin, sustituye al 4x4 Alpin (creado en 199. Michelín ha logrado que esta goma, para 4x4 del tipo RAV-4 o Pathfinder, sea capaz de frenar cuatro metros antes en suelo mojado y a 80 km/h, que su más inmediato competidor (no facilitado por Michelin).

Por ejemplo, a 50 km/h y sobre nieve (condiciones similares en las que realizamos la prueba), el Latitude Alpine frena en 24 metros desde que se activa el freno, cuatro metros antes que el mejor de sus competidores.

Sobre este neumático, se describen unos tacos con dibujo direccional en forma de espiga y una banda de rodadura con 10mm de profundidad. Ambos aspectos contribuyen a mejorar la motricidad en un 8% de media, en relación a sus competidores. La duración del neumático es un 50% mayor que la media de sus principales rivales.

El resultado de conducir un 4x4 con neumáticos de invierno es inmejorable. El vehículo, ayudado por la tracción a las cuatro ruedas, asciende y desciende sin ningún tipo de dificultades por pendientes próximas al 10%. En los virajes, la salida del 4x4 se produce con un agarre total a la nieve y con una sensación de seguridad plena. Las frenadas de emergencia, sobresalientes.

Los minutos que pudimos conducir ese mismo todoterreno pero con neumáticos de verano, el 4x4 respondía bien, incluso en situaciones bastante adversas, aunque no hay que dejarse engañar ya que nos encontramos ante un vehículo bastante pesado y cuyo centro de gravedad está más alto que en un turismo.

Este tipo de neumáticos están identificados con el marcaje "M + S" y los más recientes deben llevar el anagrama "3 picks Mountain Snow Flake" (3 picos de montaña + copo de nieve).

En cuanto a los precios, Michelin calcula que cada neumático de invierno es entre un 10 y un 25% más caro que la misma versión para periodo estival. Hay que tener en cuenta que las cadenas oscilan entre los 20 y 90 euros de precio.

España, muy lejos de su utilización.

Se reabre la discusión en España sobre la posibilidad de sustituir las cadenas por neumáticos específicos de invierno. Y es que si en la península, es inusual el colocar este tipo de calzado a los vehículos (0,8% crecieron sus ventas en 2005), en países nórdicos o Alemania es obligatoria su utilización.

Cuando se habla de neumáticos de invierno, se piensa que sólo son válidos en aquellos parajes montañosos donde predomina la nieve y la climatología adversa durante buena parte del año. Hay radica el error. Con independencia del estado de la carretera (mojada, con barro, helada o con nieve), estos neumáticos comienzan a ser efectivos a partir de los 7º C de temperatura, mientras que los de «todo tiempo» pierden eficacia cuando el termómetro desciende de los 15ºC.

Un neumático estándar, más duro y compacto, pierde grip (adherencia de la rueda al suelo) mucho más rápido que uno de invierno, cuando el mercurio está por debajo de lo anteriormente indicado. Por el contrario, los invernales, más blandos y flexibles, y compuestos por un alto contenido en sílice, se agarran al asfalto hasta ocho veces más cuando hay hielo en la calzada. El debate sigue abierto, aunque tras unos minutos a los mandos de un compacto con cadenas y otro con neumáticos invernales, la conclusión es que estos últimos responden notablemente mejor.

Fuente:elmundomotor.